jueves, 20 de mayo de 2010

Secretary (Secretaria)


Argumento: Lee Holloway (Maggie Gyllenhaal) tiene el peor de los currículums cuando decide solicitar un empleo de secretaria en el bufete de abogados de E. Edward Grey (James Spader). Basta con decir que acaba de salir de una institución psiquiátrica y que, tan sólo un día después de volver a estar con su disfuncional familia de barrio periférico, ha recaído ya en su hábito secreto e inconfesable. Pese a que nunca en su vida ha tenido trabajo, Lee resulta finalmente contratada por el Sr. Grey, un misterioso abogado. Al principio el trabajo parece normal: mecanografiar cartas, archivar documentos y hacer el café; pero Lee y el Sr. Grey no tardan en embarcarse en una relación mucho más estrecha e íntima; una relación que haría sonrojar a cualquier jefe de personal.




Picaresca, divertida, impresionante, es una película que vi hará un año y me encantó. A ella le va el sado, a él le van las sumisas. Una película fresca y curiosa de la cuál el director saca unos frutos notables, puesto que induce a sus protagonistas a crear una relación casi eclesiástica, donde ella peca y él purga sus pecados, pero de un modo verdaderamente único. A través de la práctica sadomasoquista. Gracias a eso en gran parte ella mejora su vida. Es totalmente una relación atípica y genial. Quedáos sobretodo con el detalle del rotulador rojo...aish benditas correcciones!! Dan ganas de hacerse secretaria.

Grandes actuaciones de James Spader y Maggie Gyllenhaal, no es de extrañar que se llevara el premio especial del jurado a la Originalidad en la edición de 2002 del Festival de Sundance. Altamente recomendable y sobretodo entretenida. A pesar de cómo de desaliñada sale Maggie Gyllenhaal en la película mirad qué guapa es.


Un film que demuestra que no todo se basa en un guión y que hace que sea un placer ver algo nuevo. Podéis decargar la película en español -->aquí<--

Hasta la próxima.

martes, 18 de mayo de 2010

Me toco pensando en ti tocándome


¿Qué hace casi toda España?..¡¡¡Masturbarse!!! Sí pequeñ@s calenturient@s, todos lo hemos hecho alguna vez, aunque haya gente que no lo reconozca. Es una sensación única, placentera y muy sensual, sobretodo si es compartida.
Pero...¿qué pasa si tú se lo haces a la otra persona y ella a ti no?

Es ahí donde quiero llegar, muchos chicos o chicas no hacen nada por vergüenza. ¿Alguna vez os ha masturbado vuestra pareja, y sin embargo vosotros habéís sido incapaces de hacerlo, o viceversa?
¿Entonces debemos hacerlo a cambio de que nos lo hagan? Por supuesto que no, házlo porque te apetezca no porque él o ella te complazcan, no siempre tenemos por qué hacer algo a cambio de otra cosa. Pero si quieres que te masturbe lo mejor es que seas sincer@ con él o ella y se lo digas. No se va a molestar, sabrá comprenderte.
 Yo era de las chicas que lo hacía y a la que no se lo hacían, pero luego ves que hablando se entiende la gente y se " comprende" mejor, jajaja.


La masturbación mutua es una práctica genial donde dos personas se estimulan sus partes más íntimas, generalmente es con las manos, pero siempre podemos utilizar algún juguetito ¿verdad?. Además lo caliente que te pone ver la cara de placer de tu pareja es inigualable. Si se hace en público provoca muchísima excitación, lo hemos comprobado. Actualmente el sexo virtual también provoca esa excitación, benditas cámaras web.

Por tanto, ya sabéis, el placer siempre es doble si se comparte.

Hasta la próxima

domingo, 16 de mayo de 2010

Venganza II



**Me he pasado los últimos dos meses desde entonces enganchado a tu recuerdo. Reconozco que soy un enfermo. Tus heridas se están cerrando pero yo estoy aquí para que no curen. Tengo tantos planes para ti y para mí… Hoy has comido en un buen restaurante con tus amigos. A nadie le has dicho lo que te atormenta. Hace dos meses que te folle como una puta e hice contigo lo que quise y hoy… me apeteces. Mi princesa. **

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Son las nueve de la noche y Aylin sigue trabajando en el despacho. Los últimos días alarga las horas de trabajo para no tener que volver a casa. La soledad de su hogar y todo lo que allí paso la acongojan. Varios días pasó releyendo los anuarios de su instituto, buscando un posible perfil de persona pero de aquella apenas recuerda a ninguno de sus compañeros. ¿Tan perversa fue? ¿Quién podía vengarse así de ella?El ascensor sonó. Desde el despacho pudo ver como la puerta del ascensor se abría y una figura atravesaba la oficina en dirección a su despacho. Frunció el ceño para ver quién era y cuando empezó a aproximarse su corazón empezó a latir con fuerza.Por inercia se levanto de la silla de trabajo y se aproximó a la zona más alejada de la puerta a la vez que una mano enguantada hacia girar el pomo y atravesaba la estancia.

Su agresor, el hombre que dos meses atrás la había violado, entró cerrando tras de sí la puerta y corriendo las cortinas se sentó en su silla y puso los pies sobre la mesa. Ella de pie frente a él no fue capaz de articular una sola palabra.

-Hola Aylin. ¿Te acuerdas de mí? Seguro que si...

Cuando por fin reaccionó se llenó de valor.

-Como tiene la poca vergüenza de venir aquí. Voy a llamar a la policía. -Nerviosa, demasiado nerviosa.

-No vas a llamar a la policía -Se ríe inmóvil.

-¿Qué quieres de mi? ¿No vas a dejarme en paz?-Aylin empieza a llorar.

El hombre coge el paquete de tabaco de Aylin y de un golpecito en la encimera saca uno y lo enciende.

-¡Quítate ese puto pasamontañas y dime quien eres!-Le grita

La mira. Da una enorme calada al cigarro y se inclina hacia atrás en el respaldo de la silla.

-¿Desde cuándo me das tu a mí las ordenes Aylin? Vamos a hacer una cosa. Vamos a jugar a un juego muy divertido. Yo te digo algo y tú...me complaces y lo haces.

-Hijo de puta, no pienso hacerlo.

El hombre saca del bolso de la chaqueta de cuero una pistola y la apoya encima de le mesa. Aylin abre los ojos como platos.

-Si vas a hacerlo...Vas a ser una chica buena y vas a portarte muy bien.

La angustia se apodera de Aylin.

-Quítate la ropa-La ordena.

-Por favor, pero ¿qué pretendes?… ¿No tuviste suficiente con la otra noche?

-La otra noche fue un aperitivo. Tengo grandes planes para ti así que no me toques la polla y haz lo que te estoy diciendo, mi princesa. Quítate la ropa.

Con vergüenza Aylin empieza a desnudarse mientras llora y reza para que alguien entre en la oficina y la liberé de aquel cabrón.

-Muy bien. Eres una buena chica. Ponte de rodillas

-Esto es humillante.

-Te acabará gustando.

El hombre se levanta dejando la pistola en su chaqueta y se aproxima a ella. Aylin esta avergonzada de verse así y baja la mirada cuando tiene las rodillas de aquel hombre a cinco centímetros de su cara. Nota sus ojos clavados en ella. Nota el sudor de su cara cayendo por su sien. Tiene miedo, frío y vergüenza.Suena el tintineo de su cinturón, lo suelta con maestría y se lo pone alrededor del cuello frunciendo con fuerza el extremo y apretándoselo a modo de correa.

-Por favor- Le suplica intentando aflojar su soga-Ten compasión...

El hombre tira del extremo del cinturón atrayéndola hacia él. Se agacha apoyando una rodilla en el suelo y la besa en los labios pellizcándola con la otra mano libre un pezón con fuerza.

-¡Me haces daño!-Grita.

-Es mejor sentir dolor, a no sentir nada y estar vacía Aylin. Esa es tu primera lección.

Se incorpora y baja la bragueta de su pantalón sacando su polla. Tira del cinturón con un movimiento brusco y se la mete en la boca. Apoya su culo contra el canto de la mesa, separa las piernas y la atrae más a él con otro tirón de cinturón.

-Eso es. Trágatela entera. Ten cuidado con lo que haces... Así… Despacio zorra. Me gusta ver cómo te la metes en la boca, como la chupas. En el fondo te encanta.

Mamó su polla una y otra vez con la intención de que se corriera rápido y aquel tormento terminara. Si la otra vez casi la había ahogado temía de lo que era capaz aquel cabrón. Él la empujaba contra su polla casi haciéndola perder el equilibrio. Encajándola con duros movimientos la cabeza entre sus piernas y follándola la boca con más dureza cuanto más cachondo se ponía. Hasta que paró. La apartó tirando del cinturón de lado y su frágil cuello sintió un latigazo que la hizo caer de lado sobre la alfombra.Volvió a tirar del cinturón haciendo que se levantara del suelo y la lanzó sobre la mesa.

-Te pido por favor que no sigas. –Le suplicó

Paso la mano por su estomago y por breves instantes Aylin vio un atisbo de humanidad en él. Separó sus piernas metiéndose entre ellas, con el cinturón aun colgando de su cuello intento liberarse de él pero aquel individuo era demasiado fuerte para ella.

-No me hagas hacerte daño. No quiero.

-¡Me estas violando cabrón!

Un bofetón la hizo callarse y una mano empezó a acariciar su coño. Sus dedos abrían su sexo y su lengua empezó a adentrarse en ella. Aylin no entendía nada. Empezó a notar como su coño lubricaba. Aquel extraño tenía destreza. Metía sus dedos dentro de ella mientras lamía su clítoris una y otra vez. Le devoraba las entrañas. Lamía su coño. Chupaba cada rincón de su sexo hasta que no pudo más y una descarga la hizo arquearse y se corrió.

Luchó para que no ocurriera.

-¡No, para por favor!-Había gritado respirando con fuerza.

Pero él la había sujetado con fuerza. La levantaba la pelvis y metía su lengua más adentro de ella notando su sexo hinchado latiendo en su boca, sus flujos corriendo por sus muslos y su desesperación.Se quedó sobre ella, entre sus piernas. Aylin respiraba con fuerza. Él la miraba y mientras lo hacía la tomó de la cadera y la acercó hacía él. La penetró despacio sin dejar de observarla. Metía su polla sin decir una sola palabra analizando cada uno de sus gestos. Su pelvis rozo sus ingles. Su mano cogió su pelo con fuerza y empezó a bombearla.Acabó sentada en le mesa con él entre sus piernas, sujetando su espalda para arquearla hacía atrás y poder chuparla los pezones. En ese momento Aylin se abandonó. Agotada psicológica y físicamente se dejó hacer.

-Por favor, no te corras dentro.

Puso su dedo índice en la boca mandándola callar y la atrajo hacía él. Paso su lengua por su cuello, lamió sus labios y su oreja.

-Aylin… -La susurró al oído mientras se corría dentro de ella.

Tiro del cinturón y la bajo de la mesa. La puso de rodillas y se colocó frente a ella.

-Límpiame la polla- La ordenó y ella obedeció.

Soltó el cinturón de su cuello y se vistió sentándose de nuevo en la silla. Encendió un cigarro y se balanceó con la mayor tranquilidad del mundo.

Aylin seguía de rodillas, inmóvil.

-¿Cuándo me dejaras en paz? ¿Cuándo me dirás quien eres?-Dijo al fin rompiendo el silencio-Entras en mi casa, vienes a mi oficina, abusas de mi.

-Has participado bastante. Te corriste en mi boca. Movías la cadera como una guarra mientras te estaba follando.

-Eso no significa que puedas hacerme esto ¿A dónde quieres llegar?

-Me rompiste el corazón cuando apenas tenía quince años y ni siquiera te acuerdas.-Su voz era melancólica.

-¡Yo sólo era una cría, ya no soy así! ¡No puedes hacerme esto!

-Me hiciste un crío acomplejado. Todo cambia y un día te cruzas conmigo en una calle y me sonríes. Mi pasado vuelve a golpearme el pecho. Tan hermosa como siempre.

Aylin lo escucha atentamente.

-Tampoco me reconociste. Normal. Ya no soy el que era. No soy ni la sombra de lo que un día fui. Te amé tanto como te odié. Triunfé en mi vida, cambié mi futuro y quise hacerte el daño que tú me hiciste. Tu terror, tu rostro desencajado el día que entre en tu casa me hicieron sentirme bien.

La melancolía se apoderó de él. Sus ojos se clavaban en ella aun desnuda en el suelo.Tenía un cuerpo precioso, unos pechos no muy grandes con aureolas sonrosadas, unas piernas largas.Aylin expectante y nerviosa esperaba la siguiente reacción de él.

-Te pido perdón. No sé qué más puedo hacer. No sé qué más puedo decirte, ni siquiera sé quién eres. No recuerdo nada del instituto. Vivía en mi mundo, era popular y no me importaba nada. Por dios. Me tienes desnuda en el suelo. Me has follado dos veces, me has pegado, insultado ¡Qué más quieres de mí!

La rabia de haberse corrido con aquel desconocido, la humillación y la angustia hicieron mella en ella y rompió a llorar. Se sentía sucia. Se sentía ridícula allí. No podía comprender como había llegado a esa situación. Y lo que más la angustiaba era no saber cómo acabaría.Él se mantenía impasible. Con un gesto de demente inclinando la cabeza hacia su hombro derecho escuchaba las palabras angustiosas de Aylin y esa postura la ponía aun más nerviosa. Se levantó. De pie ante ella se mantuvo impasible durante segundos que parecieron horas. La apartó el flequillo de la cara. La limpió las lágrimas de los ojos beso su frente y luego se fue.

Aylin descolocada se vistió y regresó a su casa. Se quitó la ropa para meterse en la ducha y sintió el aroma de aquel hombre en su piel. Se ató la melena en un moño y se metió bajo el agua a oscuras y después se acostó y soñó.

 
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