Venga, hay que admitirlo. Las cosas pueden no ser ni blancas ni negras, y en el sexo se aplica la misma norma. Cada vez somos más los que admitimos que no nos conformamos ni con la carne ni con el pescado, y que a veces preferimos comer el menú del día en lugar de sólo un plato.
El caso es que quizá te apetezca comer dos platos a la vez en lugar de por orden. Ahí es donde entran en juego tres personas: Los famosos tríos.
Ops, me he confundido de foto
Hay muchos tipos de trío. Aparte de los enteramente homosexuales (paella de pollo o de marisco) podemos encontrar los de dos chicos con chica y chica con dos chicos. ¡Consejos para todos ellos!
- Si el trío es homosexual-gay, hay que tratar de que por lo menos uno de los chicos sea pasivo... porque si no no va a haber por dónde dar y eso se va a hacer más aburrido que una procesión. Si uno de ellos es pasivo se puede probar la postura de la doble penetración: Un chico abajo, boca arriba; otro en el medio, boca abajo y otro encima boca abajo también. Obviamente el que va a estar empalado es el del medio. Ojo, es una postura que requiere mucho esfuerzo por parte del chico del medio, si a veces no es fácil tener una dentro, dos es mucho más complicado. Si hay un pasivo, un activo y un versátil la típica postura del trenecito no está nada mal.
Más o menos así...
- Si el trío es homosexual-lésbico... vale, las tijeras y los deditos están muy bien, pero también podéis emular los penes, para cambiar un poco. Así que no está de más comprar algunos dildos, y si son dobles o triples mejor. De todas formas este tipo de tríos se enfocan más en las sensaciones, que en el sexo puro y duro. El sexo lésbico suele ser más suave que el gay, aunque como en todo, hay excepciones.
En la entrada que toca dentro de dos semanas seguiremos con los tríos heteros. ¿Y por qué dentro de dos semanas? ¡Pues porque nuestras guarrillas redactoras harán público el reto al que se enfrentarán! ¿Cuál será?