martes, 16 de febrero de 2010

De gatillazo en gatillazo...




Todos los que leéis este blog sois unos machotes con una herramienta del tamaño de una trompa elefantesca y una potencia mayor que una taladradora de columna. Vale, eso lo sabemos... Pero por desgracia también somos humanos y en algunas ocasiones poner en funcionamiento la herramienta puede costar por diversas razones.
Una de las posibles causas de que el mástil se ize más lentamente puede ser... el tamaño, mismamente. Una salchicha más pequeña supone menos cuerpo cavernoso a rellenar de sangre, por lo que la erección puede tardar menos en ponerse tiesa, ya que con menos sangre se rellena a lo morcilla de Burgos. Sin embargo una más grande necesita más relleno, lo que produce una erección más costosa de mantener por la cantidad de sangre que se acumula ahí.
Otra es el tema psicológico. Para rendir al 100% hay que estar tranquilos y relajados, de lo contrario la tienda de campaña puede venirse abajo. No sólo por problemas tipo familiar, sino por prácticas que no son acostumbradas... Hay gente que se adapta peor a las situaciones. Igual que a los actores porno al principio puede costarles estar a punto, incluso muchos que lo intentan no lo consiguen, hay gente que  no está preparada para hacerlo en lugares públicos, por ejemplo.
Si estás en uno de esos casos, obviamente no vas a querer que el compi de juegos se entere. El primer caso es muy fácil de solucionar: Con algo más de preliminares, magreo y manoseo el tema está solucionado. Esto es sobre todo para la gente a partir de unos 26, 27 años, ya que, las cosas como son, los adolescentes estamos hiperhormonados y nos ponemos a tono en menos que se dice sexo anal.
En el segundo todo es más complicado: Puede ser por el lugar donde se está haciendo. Hay gente a la que puede darle morbo hacerlo en la cama de los padres, a otros puede hacer que se bloqueen por completo. Si es por el lugar o por lo que se hace, lo más importante es ponerse de acuerdo con la pareja, intentar comprender lo que le sucede. Si es por temas más complejos, de índole familiar... todo pasa por la relajación, por dejar de pensar en ese problema durante un momento y tratar de disfrutar de la situación. Si no es posible, quizá la mejor opción sea acudir a un psicólogo.
Claro, sí, he pasado por alto una de las causas más graves: Por problemas físicos. En ese caso no se puede hacer nada más que acudir al médico y que te recete lo necesario. Pero, afortunadamente, los jóvenes estamos aún bastante lejos de ese tipo de problemas.

 
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